Otros Documentos Recibidos por la Corte - Denuncias de particulares


 

 

 

Documento 1

TELEGRAMA - URGENTE

2 JULIO 81 1:05

SEÑORES CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

SAN PEDRO LOS YOSES

 

SEÑORES MIEMBROS DE LOS DERECHOS HUMANOS:

COMO PADRES DE MAGALY SALAZAR NASSAR, PERO SOBRE TODO COMO SERES HUMANOS, VIVIENDO EN UN ESTADO DE DERECHO, LES SOLICITAMOS UNA INVESTIGACIÓN A FONDO DE LOS SIGUIENTES PUNTOS: 1. ¿POR QUÉ USTEDES NO HAN INTERVENIDO EN EL CASO DEL TRATAMIENTO A LOS GUERRILLEROS? 2- DESPUÉS DE VER LA FOTO, EN LA PRENSA LIBRE DE HOY EL TIPO DE CELDA DE 1 METRO DE ANCHO POR 2.50 DE LARGO EN DONDE ASESINARON A VIVIANA GALLARDO E HIRIERON A ALEJANDRA BONILLA LEIVA Y SALIÓ HERIDA NUESTRA HIJA: MAGALY CON SIETE MESES Y MEDIO DE EMBARAZO, ¿POR QUÉ NO SE RESPETARON LAS MÁS ELEMENTALES NORMAS DE SERES HUMANOS? ¿CÓMO TRES MUJERES, UNA EMBARAZADA, METERLAS EN SEMEJANTE CELDA DE 1 METRO POR 2.50 METROS? 3- DICE EL MINISTRO DE SEGURIDAD PÚBLICA QUE SE ACONDICIONÓ LA CELDA, ¿Y LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD, ¿QUÉ? 4- CUANDO USTEDES INTERVENGAN Y PONGAN SU BUENA VOLUNTAD ES MUY POSIBLE QUE SÍ ESTEMOS EN UN RÉGIMEN DE DERECHO.

ATENTAMENTE,

FERNANDO Y ROSE MARY DE SALAZAR

CURRIDABAT

 

Documento 2

San José, 10 de julio de 1981

Señores

Corte Interamericana de Derechos Humanos

Apartado 6906

1000 San José

 

Estimados señores:

Respetuosamente presento a ustedes copia textual del mensaje que en días pasados envié a la opinión pública, sobre la forma que en nuestro país, se utiliza para obtener la confesión por parte de un detenido.

También acompaño a la misma, fotocopia del reportaje de la periodista Norma Loaiza, que se refiere a las condiciones infrahumanas del lugar en el que fue recluida, y posteriormente asesinada, mi hija Viviana Gallardo Camacho.

Considero que los hechos allí enumerados deben ser conocidos y sometidos al estudio de esa Honorable Corte, pues, en mi criterio, hubo violación de los Derechos Humanos.

En espera de que mi solicitud sea estudiada por ustedes, aprovecho la ocasión para suscribirme, muy atentamente,

/f/Vilma Camacho de Gallardo

 

Documento 3

Habla ante ustedes Vilma Camacho de Gallardo, madre de Viviana Gallardo Camacho, quien fuera cruelmente asesinada en la Primera Comisaría de este nuestro país, Costa Rica.

Mi salida a la Prensa obedece al ruego encarecido de mi esposo, quien actualmente se encuentra fuera del país, y al deseo también mío, de no permanecer en silencio por más tiempo.

El mensaje que hoy, como grito de dolor y de protesta, lanzo, y el ruego que hago al Gobierno de Costa Rica, y en especial a nuestro Presidente, Lic. Rodrigo Carazo, así como a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, me coloca por primera vez ante las cámaras en una actitud de reproche ante la brutalidad de algunos investigadores que, en su afán de esclarecer la verdad, procuran, utilizando los medios más ruines, obtener una confesión que quizá jamás podrían lograr, no sólo por la actitud firme y valiente que un detenido pueda observar -como juzgo la posición de mi hija- sino quizá porque aquél ignore lo que ellos desean oír en confesión.

Mi hija ha desaparecido físicamente, aunque su esencia y el suave perfume de su dulzura y juventud, permanecen conmigo. Hoy, en su memoria y en procura de que en otros seres humanos, no se repitan hechos tan bochornosos, quiero hacer del conocimiento público lo que mi hija, a través de las visitas diarias que le hice, me confiara, con el ruego de que no lo hiciera saber a nadie, sobre la forma en que, durante la fatídica noche del 12 de junio, quisieron arrancarle una confesión.

Ella me dijo que posteriormente, en el momento oportuno, hablaría sobre este asunto. Hoy creo que debo ocupar su lugar, y herida hasta lo más profundo de mi alma, reproduzco ante ustedes, casi con las mismas palabras que ella me lo confió, el tratamiento a que fue sometida por un alto funcionario cuyo nombre no podré revelar, pues lo ignoro, pero creo que debe esclarecerse por el Gobierno de la República y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

"Mami, -me dijo- Costa Rica no se queda atrás del tratamiento brutal que tanto criticamos a otros países. El día de mi detención me ataron las manos hacia atrás y luego me golpearon salvajemente los senos, el estómago y el pubis. Si usted, mami, observa la foto que tanto han explotado los medios de comunicación, creo que verá en ella espanto y dolor, que fue lo que experimenté esa noche. No temo a los muertos -me dijo- pero esa madrugada me mantuvieron más de dos horas en la Morgue Judicial, rodeada de los cadáveres de aquellos cuya muerte me enrostraban; el cuadro era doloroso y macabro, por lo menos para mí, que, como vos sabés, mami, tengo una excesiva sensibilidad; pero logré contener mi llanto. No contentos con todo esto, un alto funcionario me dijo: "métase en ese baño y se desnuda, porque como usted no hable, voy a traer un fotógrafo y mañana, esa foto aparecerá en toda la prensa con una nota al pie, en la que yo diré que usted me hizo proposiciones deshonestas". Mi hija le dijo: "estoy en sus manos, traiga al fotógrafo, pero no soy yo quien va a desnudarse, desnúdeme usted, yo no me quitaré la ropa." Mami, yo pensé que aquel bruto (me perdonan la expresión, pero fue usada textualmente por ella) quizá tendría una hija y por supuesto, tiene o tuvo alguna vez una madre, y alguno de estos sentimientos podría hacerlo desistir. Hoy creo que no fue ninguna de estas razones, lo cierto es que el hombre no lo hizo, en realidad no se atrevió; pero con sinceridad te digo, mami, ni él ni nadie, cometió ningún otro abuso contra mí." Hasta aquí lo que Viviana me confió.

No hubiera querido hacer público esto tan doloroso, pues me lacera, me maltrata profundamente, pero siento ahora que debo hacerlo, que es mi deber como madre y como ciudadana y que, a costa de todo, debo cumplirlo. Como dije antes, mi hija ha desaparecido pero quedamos todos los demás expuestos a sufrir el terror de la investigación.

Después de todo lo expuesto, quiero que se atienda muy bien a esta otra parte, que quiero destacar como corresponde: no podré mencionar jamás el nombre del alto funcionario -como lo señaló mi hija- porque ella no me lo reveló, pero, según me dijo, la mayoría de los muchachos del cuerpo de investigadores se portó normalmente con ella, y para ellos reservo por siempre un cariñoso recuerdo, sobre todo para aquellos que tuvieron a cargo su custodia y que ella mencionó en forma especial y con palabras efusivas y cariñosas se expresó diciendo: ¡son unos caballeros! Esto mismo pude comprobarlo personalmente durante mis diarias visitas, pues siempre recibí cortesía y buen trato, y a veces, incluso, algunas palabritas de consuelo. Tengo en mi memoria muchos rostros de personas amables cuyos nombres lamentablemente desconozco, pero valga la oportunidad para decirles de todo corazón ¡muchas gracias!

Respecto al cobarde asesinato de que fue víctima este pedacito de mi corazón, no pido venganza, pero reclamo justicia para que otros no perezcan paradójicamente, en manos de quienes deben velar por nuestra seguridad.

En cuanto a las condiciones macabras e infrahumanas del lugar en el que fue asesinada mi hija, no hago comentarios, pero ahogando mis sollozos, los remito al reportaje aparecido hoy, 7 de julio, en el matutino La Nación, salido de la pluma airada y dolida de la periodista Norma Loaiza.

Intimo mi felicitación a la valiente policía Mayra Morera, a quien no conozco, pero con palabras de Cristo digo: "Por sus frutos los conoceréis".

Para terminar, rechazo enfáticamente los cargos que se han lanzado contra mi hija sin que un Tribunal lo declarara en sentencia, pues hay un sabio principio de Derecho que dice "se es inocente mientras no se compruebe lo contrario"; y renuevo un vehemente llamado al señor Presidente de la República y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que se esclarezcan todos los hechos que hoy denuncio.

Finalmente una nueva súplica a la prensa, y a quienes para ella escriben: ¡Piedad ante el dolor humano! ¡Muchas gracias!

 


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